miércoles, 26 de mayo de 2010

Cien volando.

Voy a comprar a Norcof con un billete de cien pesos en un bolsillo y uno de veinte en el otro. La compra cuesta veinte, por lo tanto pago con cambio. Al llegar a mi casa, me saco la campera y busco los cien pesos para ponerlos en la billetera. No están. Un momento. ¿Pagué con veinte, o con cien? Con veinte, lo recordaba claramente. Entonces los cien se me habían caído en el camino. Vuelvo a Norcof mirando para abajo en modo rastrillaje. Nada. Una señora me pregunta qué busco. Le cuento. Me desanima, ya lo debe haber levantado alguien. Vuelvo desahuciada, enojada, recriminándome por colgada, tendré que ir al neurólogo? Estaba sumida en esos pensamientos cuando lo veo, muy orondo en el pasto de la vereda, de lo más tranquilo él, ignorando lo que su escapada había provocado en mi torre de control. Había muy pocas posibilidades de encontrarlo, pero ahí estaba, esperándome tras veinte minutos de orfandad. Me sentí muy afortunada, me sentí parte de una minoría porcentual, me sentí la excepción a la regla. Lo que temo es haber agotado mi cuota de buena suerte del 2010.

8 comentarios:

puta dijo...

jajaja

El alter ego de Mabel dijo...

yo voy y me los reviento en alguna boludez...

Maque Lagos dijo...

yo creo que los voy a guardar hasta el día q me muera, como símbolo de que lo improbable, a veces ocurre :)

MONICATORRES dijo...

creo que tu cuota aun alcanza para dos buenas suertes de la misma medida :D

Maque Lagos dijo...

Genial, me queda una por trimestre!

lucesazul dijo...

Mi amigo Mariano Grecca se encontré en 5to grado un billete de 100 pesos o australes, no recuerdo el tipo de moneda que se usaba en ese entonces, pero sí que eran 100. Recuerdo que era algo único y sorprendente, nadie encuentra 100 pesos, podés encontrar, 10 o hasta 50 pesos, pero 100 es como ganarse un premio.
Él se compró un walkman blanco y un cassete de Duran Duran.
Aunque fueron tuyos antes, medio que los volviste a conseguir, deberías comprarte algo impactante con 100, pero te debe alcanzar para... una remerita. Qué devaluada que está la suerte hoy en día.

Treintañera dijo...

Yo nunca me encontré nada.
Pero tenía un primo y una amiguita de la primaria.
Mi primo una vez se encontro 10 pesos en la librería de enfrente de mi casa. Era como el 20 de diciembre asi que lo reventamos (me gustó el termino del alter ego de Mabel) en cohetes. Mi amiguita de la primaria tenía la teoría de que había que ir siempre mirando para la vereda porque se podía encontrar de todo... yo con mi capacidad de atención mas pequeña que la de un insecto lo lograba por el lapso de ... 30 segundos como mucho. Mi amiguita se encontraba cosas siempre: pedazos de plástico, gomitas de pelo, moneditas, etc.

Maque Lagos dijo...

wow, es una buena táctica, aunque corre el riesgo de estropearse la columna de manera permanente!