Me he encontrado en más de una oportunidad zigzagueando entre montañas de tópicos prohibidos, curvas de temas ríspidos y cunetas de preguntas inconvenientes para poder mantener al menos una mínima interacción con algunas personas. Como los esquiadores de los jueguitos que esquivan las banderitas y los árboles, sé puntualmente hasta dónde llegar, dónde frenar y doblar, dónde saltar, dónde hacer como si nada...
La relación posible que podemos tener con cada persona que conocemos está dada por esa destreza o está coartada por ella?
(El humor es una buena balsa donde apoyarnos mientras remamos hacia la tangente).
1 comentario:
Está buena la analogía... uno va pasando como un esquiador, a través de diferentes personas... cuando ves q t podés caer al precipicio, doblás felozmente al costado, hacia la siguiente personita.
El problema es cuando decidís seguir derecho, a pesar del peligro.
Saluditos.
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