martes, 24 de febrero de 2009

Hola, Gary!

Gary es un gatito de tres meses. Lo escuché chillando en la calle hace más de un mes cuando iba a visitar a mi amiga Miri Am. Ella lo llevó a la veterinaria y yo lo fui a buscar. Tenía un ojo bastante mocho, y el veterinario me dijo que lo tenía perforado por un virus. Me dio unas gotitas para que le ponga todos los días. Era pura oreja, flacuchento y chillón. Naranjita y blanco.
Confieso que nunca fui devota de las mascotas, a pesar de que a mi alrededor siempre las hubo. Sin embargo cuando lo vi a Gary me dieron ganas de llevármelo a casa.
Pasó el tiempo y el ojo lo tiene muy parecido a un ojo normal, sus orejas y el resto del cuerpo se armonizaron y ya está rechoncho. Sus chillidos no son molestos porque se ve que le quedó algo en la garganta y sólo puede emitir un leve sonido parecido a un maullido.
Todos los que tienen gatos me dan consejos para que Gary sea un gatito educado, no haga uñitas en el sillón, no se coma las plantas, no muerda los cables, no destroce el papel higiénico… pero todavía no hicieron efecto. Le gusta hacerse un bollito y dormirse apoyado en mis pies mientras escribo, hasta que de repente me clava sus mini colmillos y lo puteo. Gary es un capo.

Otro tema... ¿Quién habrá sido el genio que decidió poner en el medio de la Avenida Cabildo llegando a Puente Saavedra ese cordón o bulevar? Habrá pensado que sacando un pedazo de carril y descuajeringando todo el espacio para transitar conseguiría algo bueno?

jueves, 5 de febrero de 2009

Ana y Ricardo.

Así se llamaban mis playmobiles preferidos. Ana tenía las patas blancas, el torso azul y el pelo negro. Ricardo era todo azul, tenía el pelo amarillo y un cuellito rojo. Las manos todavía no eran de las movibles. Los hacía conocerse en una granja, que era parte de otro juego que tenía. Ella llegaba con el móvil del noticiero y un camarógrafo y él creo que era el entrevistado.
Nunca me divirtió jugar a pintarme las uñas, ni ponerme zapatos de mi mamá, ni llevar una carterita colgando, como parece haber sido el deleite de la mayoría de mis congéneres en su infancia.
Yo jugaba a inventarle historias a los playmobiles, tenía designados roles para cada uno, si había un personaje malo, ponía un pelado (¿?). Si había un héroe lo ponía a Ricardo. Los hacía caminar contoneándose, no salticando. Y los diálogos que mantenían, los escuchaba en mi cabeza, no los hacía hablar con mi voz.
Cuando empezaron a salir los nenitos, el fantasma flúo y demás innovaciones yo ya dejaba de jugar con ellos, creo que por aquella época me pasé a las aventuras gráficas de Lucas Arts, que era jugar las historias imaginadas por otro.
Todavía sigue sin divertirme jugar a pintarme las uñas, usar zapatos de mamá y llevar carteritas colgando. Y me sigue divirtiendo jugar a inventar historias, con el beneplácito de que, ahora, cobro por hacerlo.
Hans Beck, gracias.

*Hans Beck (6 May 1929 – 30 January 2009) fue el inventor de los Playmobil.