lunes, 31 de enero de 2011

Sí, ahora me gusta el fernet.

He pasado un rato mirando las fotos de las vacaciones (de otros). Más o menos es todo igual. Lindos paisajes, alguno durmiendo, platos de comida, diversión y sobre todo, pies descalzos.
No hay que ser muy sagaz para deducir que uno se va de vacaciones a contemplar la naturaleza, comer, divertirse y dormir. O algunas de esas, o todas juntas, o sólo una. Mucho primer plano de platos exóticos, de aventuras entre sogas y árboles, de fiestas descontroladas, o sea, fotos de cosas extra-ordinarias. Porque para la mayoría, irse de vacaciones es animarse a ser diferente por unos días, a comer diferente, a vestirse diferente, a mirar diferente y a pensar diferente. Y es que durante el año somos de una manera, estamos definidos, por nuestros gustos, por nuestras costumbres, por nuestra ideología. Y en esos 15 días de vacaciones nos sentimos habilitados para cambiar, para ser de otra manera, son como un paréntesis.
Pero últimamente empecé a pensar que definirnos es, al mismo tiempo, limitarnos.
Así que si en el 2012 se cae el mundo, pienso que este es un buen año para vivir como de vacaciones, permitiéndonos ser más de lo que pensamos que somos!
Uy, uy, uy, otro post que me sale medio new age… Me voy corriendo a comprar un Big Mac!