domingo, 12 de enero de 2014

Coto no me conoce.

Resulta que tenía que preparar un guacamole para llevar a una reunión, y decidí que en vez de ponerle limón, le pondría lima, que para mí es la diferencia entre un guacamole aceptable y un guacamole con un toque más gourmet.
Voy a Coto y en el cajón de las limas, el cartel decía “limones para caipirinha”. ¿What?
O sea, ¿todos los posibles usos de la lima quedaron reducidos a uno porque Coto nos conoce y sabe que la vamos a usar para la caipirinha? Me indigné en nombre de todas las limas del mundo y en nombre de la individualidad de cada uno de darle a la lima el uso que se le pegue la regalada gana. A pesar de que llevé limas para el guacamole, según el ticket llevé "limones para caipirinha". En fin, si seguimos así, me pregunto cuánto faltará para que en Coto las chocolinas pasen a llamarse “galletitas para chocotorta”.