lunes, 13 de abril de 2009

Stai tranquilo!

En el trayecto que hago para ir a la oficina, paro siempre en un semáforo que tiene varias instancias de paso dado que hay un flujo importante de vehículos en las cuatro direcciones. Al estar en obra algunos tramos de la avenida Márquez, lo que era un verdadero caos se ha convertido en un total desastre vehicular. Por suerte el municipio tomó cartas en el asunto y envió un policía de tránsito a poner un poco de orden. Claro que nadie contaba con que ese policía designado, no era otro que la reencarnación de Tandarica. Para quienes no saben nada de Tandarica, les bastará con saber que era un payaso rumano desangelado y torpe de la tele, que hacía todo mal pero a su compañero de escena calmaba diciendo: “stai tranquilo”.
El policía en cuestión, retacón, de bigotes anchos y andar relajado, más que determinar con lógica y firmeza quién tenía que avanzar, simplemente observaba a los conductores y dejaba pasar al que se mostraba más enfurecido y apurado. Las señas que hacía con los brazos eran tan confusas que no se sabía si había que frenar, avanzar o si estaba espantando mosquitos. El silbato sonaba arbitrariamente, ni siquiera acompañaba el movimiento de sus brazos, con lo cual tampoco ayudaba. Por un momento me sentí dentro de un set donde Tandarica era la estrella de la escena y en cualquier momento llegaría el partenaire, un policía gordo que iba a sufrir las torpezas de su compañero. Estaba sumida en estos pensamientos cuando reparé en los bocinazos que me propinaban los autos de atrás y lo vi a Tandarica desaforado suplicándome que avanzara. Cuando pasé junto a él no pude evitar murmurar: stai tranquilo!


(dedicado a mi hermano Juan)

jueves, 2 de abril de 2009

Pienso, luego callo. O no.

Si todo aquello que pensamos tuviera que ser captado por quienes nos rodean, vendríamos diseñados con un display en la frente como el Infotrans de los colectivos. Y así como leemos, por ejemplo en el 59, que tal D.T renunció a su cargo, podríamos leer en la frente de alguien que conversa con otra persona: qué mal aliento que tenés, cerrá la boca por el amor de Dios… Como le pasaba al pobre de Mel en esa peli donde escuchaba los pensamientos de las mujeres.
No es así, porque, gracias a nuestro Creador, (y lo pongo en mayúscula o letra capital porque cité a Mel que es súper religioso y quiero estar en concordancia con el personaje citado) como decía, los pensamientos son algo privado hasta el preciso instante en que decidimos sacarlos a la luz. Por eso me incomoda que, estando callada, me digan cosas como por ejemplo: ya, decime sin pensar, qué estás pensando?! Porque si tuviera la intención de divulgar aquello que estoy pensando, lo hubiera hecho! Entiendo que tengo la tendencia a no divulgar aquello que pienso en el momento en que vendría bien que lo divulgue… Pero es que me encanta pensar conmigo!
Sería insoportable saber qué están pensando todos en todo momento. Es más divertido pensar qué pensarán!

¿Ustedes qué piensan?